Cada que abro el congelador miro con tristeza los 19 chocolates de tamaños que van desde el mediano hasta el super grande... a veces los toco, pero nunca los puedo abrir y mucho menos comer, hay unos de esos chocolates que ni siquiera venden en México, y que no me puedo contentar con solo admirarlos, y no es que sea una viciosa ni fanática de los chocolates, pero hoy por lo menos deseo mucho comer uno, y que mejor que uno sacado del congelador. Odio mi miserable vida sin probar esos chocolates.