La verdad no recuerdo mi primer día de clases de universidad, todo luce tan borroso en mi memoria, tampoco recuerdo que tan nerviosa estaba, pero puedo suponer muy acertadamente que era mucho, ya hace casi 5 años de ese acontecimiento.
En aquel entonces yo tan retraída como siempre, tan callada y tímida como suelo serlo en los primeros instantes, con no demasiado entusiasmo, pero si con ilusiones (que aun conservo) me emocionaba y asustaba conocer nuevas personas, sabía que las habría con personalidades muy similares a las mías, pero aun así la incertidumbre me invadía... a final de cuentas, el caso es que no encontré personas tan parecidas a mi, como creía que pasaría, eso no hizo que estas personas fueran menos valiosas, porque ahora ya domesticadas (como diría el zorro en el principito) tienen un gran valor, que nunca creí tendrían en el primer contacto que tuve.
Ademas de esto, de todo lo recolectado durante la universidad, una de las cosas que mas me alegro, es de la gente que sigue ahí, y que estaba antes de que entrará, me hacen pensar que estarán por siempre en mi vida, para mi es importante lo perdurable que la amistad puede ser, no me agrada la idea de cambiar de amigos, me gusta tener más, pero conservando los que ya tenía antes, por eso aprecio de un modo diferente y especial a la gente que se sale de mi grupo de amigos que podría ser considerado como el mas natural, el que viene de la escuela, por ejemplo.
Entonces, se acabarón mis clases de licenciatura, la universidad aun no termina para mi, haré diplomado para titularme, pero ya estoy mucho mas cerca de la meta que todos tenemos de niños, esa de hacer la universidad, que curioso que en esta vez, no tengo nostalgia, ni tristeza, tengo otros motivos que me provocan sentimientos así, el fin de este ciclo para nada es comparable, solo me siento un poco emocionada, no demasiado.
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